El canterano del Real Madrid de baloncesto, Egor Demin, ha confesado que pudo jugar en el primer equipo de la mano de Sergio Scariolo, pero decidió poner rumbo a Estados Unidos para acabar siendo elegido por los Brooklyn Nets en el último Draft. En declaraciones para la web de su actual equipo, el jugador ruso ha hablado sobre su paso por el club blanco y especialmente se ha referido a lo que vivió en la cantera del Real Madrid. Todo son palabras de agradecimiento.
"Cuando terminé mi última temporada en la academia del Real Madrid, tenía un par de opciones sobre la mesa. La primera, obviamente, era volver a Rusia y jugar como profesional. Otra opción era quedarme en el Real Madrid, en el primer equipo, en el equipo profesional. Me lo ofrecieron, pero en ese punto no sabía si realmente iba a estar en la rotación o si acabaría yéndome a otro sitio mientras el club mantenía mis derechos y todo ese tipo de cosas. Hay muchos detalles en los contratos europeos", ha explicado el base ruso.
Finalmente, no escogió ninguna de estas dos opciones sino la tercera en discordia, que hasta ese momento había descartado: "Y la otra opción era la universidad, que al principio para mí… No lo veía. Pero al final me di cuenta de que probablemente era lo mejor para mi desarrollo en ese momento. No quería centrarme tanto en el resultado final como en el proceso. No quería dar un salto demasiado grande y luego arrepentirme y tener que retroceder dos veces", ha manifestado.
Queda claro, por tanto, que el Real Madrid no pecó con Egor Demin. Su salida del club no fue porque no le ofrecieran un puesto en el primer equipo, sino porque no creyó en sus propias posibilidades de triunfar en el equipo de Scariolo. Ahora, su talento empieza a destacar en la NBA con unos buenos números en su primer año con los Nets.
Egor Demin, agradecido al Real Madrid
El base ruso ha hablado también sobre cómo fue su paso por la cantera del Real Madrid, sobre la que solo tiene buenas palabras: "Tuve la suerte de estar en la academia, donde todo estaba cuidado, y el Real Madrid hace un gran trabajo, y sigue haciéndolo, con su academia, formando chicos, recogiendo talento de todo el mundo y llevándolos a la vida del baloncesto, haciéndolos aún mejores al encargarse de cosas que, de otro modo, te quitarían el foco del baloncesto", señala.
Demin recuerda el idioma como la gran dificultad de todo el proceso: "Entré en todo aquello con los ojos cerrados, básicamente como quien intenta nadar sin saber nadar. No sabía nada de inglés ni nada de español. Solo hablaba ruso. Obviamente, fue muy estresante para mis padres, más que para mí. Mi madre me decía: ‘¿No estás nervioso? ¿Cómo vas a hablar con la gente?’. Y yo le respondía: ‘Bueno, ya lo resolveré’".
Y vaya si lo hizo, convirtiéndose en una de las grandes joyas de la cantera madridista: "Al final, el lenguaje del baloncesto es el mismo en todo el mundo. Mientras jugara, no me preocupaba demasiado por lo demás. Y estaba seguro de que acabaría resolviendo todo lo de fuera de la cancha".