El Real Madrid ganó un Clásico que estaba marcado por las palabras de Lamine Yamal en la previa al encuentro. El conjunto blanco fue superior y los jugadores estuvieron motivados en todo momento por lo que había dicho el extremo del cuadro blaugrana. Prueba de ello es lo que pasó con Carvajal al final.
El capitán actuó como tal. Lo puso en su sitio y le dijo que estaba hablando mucho. Razón no le falta, dado que últimamente es más protagonista fuera de los terrenos de juego que dentro. El '2' merengue le tenía ganas y no dejó desaprovechar la oportunidad.
Este tipo de actitudes gustan a la hinchada, dado que se siente representada por el jugador en cuestión. Florentino, precisamente, habló con Carvajal de este asunto y el de Leganés fue muy claro con su presidente: “Le dije a Lamine que no hablara tanto, que eso no se hace…, me da igual lo que piense, lo hizo mal y aprenderá”, le comentó.
🚨 #ULTIMAHORA Carvajal reprime a Lamine Yamal por hablar mucho y casi se enganchan Vinicius y el jugador del Barça. pic.twitter.com/G9M4sNN7D6
— Defensacentral.com (@defcentral) October 26, 2025
A pesar de que tenga 18 años, en las oficinas del club estiman que las declaraciones del extremo azulgrana fueron lamentables y bochornosas. Faltó el respeto a la institución madridista y pecó de soberbia y prepotencia. Como suele pasar en estos casos... quedó retratado.
El Bernabéu no le perdonó ni una. Desde que sonó su nombre por megafonía la pitada era mayúscula. Esto se repitió cada vez que tocaba el balón. Muy pocas veces lo hizo en situación de peligro. De hecho, pasó desapercibido. Los derroteros que está cogiendo su carrera deberían de ser alarmantes para los barcelonistas, pero esto es un asunto que importa poco o nada en clave merengue. Ellos sabrán, dado que hay muchos que defienden sus actos nefastos.
Buen golpe de autoridad
El propio Lamine y el FC Barcelona se han llevado un golpe duro en su visita a Chamartín. El Real Madrid ha sido superior en todo momento y los de Alonso se van ya a cinco puntos. El proyecto del míster donostiarra ha conseguido afianzarse con esta victoria tan necesaria.
El balance no era malo. Once victorias en doce partidos. El registro es prácticamente de matrícula de honor, pero el 5-2 recibido en el Metropolitano no se había olvidado. Por tanto, este grupo tenía la necesidad de vencer en un día grande para consolidarse y, sobre todo, ganar confianza de cara a lo que se viene.
Es pronto. Aún no se ha llegado ni a noviembre, pero las sensaciones empiezan a ser buenas. A diferencia de lo que pasó frente al Atlético de Madrid, el equipo ha rendido con creces y salió enchufado desde el minuto uno. Hay quien empieza a pensar que lo que pasó en el derbi tal vez pueda venir bien. El tiempo dirá.