Como era de esperar, y a pesar de haber tenido que meterse 84 minutos en el partido previo ante Chipre, Modric también fue titular en este encuentro ante el equipo eslovaco. Lo hizo, además, como siempre, con el brazalete de capitán y con el dorsal ‘10’ a la espalda.
El jugador del Real Madrid comenzó siendo el faro al que todo jugador croata se arrimaba. Sus compañeros le buscaban de forma constante para iniciar las jugadas ofensivas de su equipo. La posesión era suya, mandaban en el juego, pero no había profundidad para poner en apuros al cuadro visitante.
Modric demostró pronto sus galones e, incluso, pasado el primer cuarto del choque, tuvo más que palabras con el árbitro por no sacar éste una cartulina amarilla a un jugador eslovaco tras una patada. Eso sí, mayor 'rebote' se llevó cuando a los 20 minutos era Eslovaquia la que se adelantaba en el marcador por medio de Schranz.
Después del 0-1 Croacia volvió a mirar a Modric para salir del apuro. El jugador del Madrid aceptó el reto y llevó a los suyos al ataque. No iba a ser él pero sí Kramaric el que pusiera el tanto del empate a la media hora del encuentro. El 1-1 ya dolía menos en Croacia. Eso sí, cuando todo hacía pensar que el partido se marcharía igualado al intermedio apareció Haraslin para darle un disgusto a Modric y a su selección anotando el 1-2.
Gol de falta de Modric
El centrocampista del Madrid iba a crecer en protagonismo en el segundo tiempo. De hecho, el 2-2 en el marcador lo logró Luka gracias a un gran lanzamiento de falta que, eso sí contó con la ayuda de la barrera visitante, que se abrió cuando no debía hacerlo. Por ese mínimo hueco metió el balón Modric y, desde ahí, a la red.
Los minutos finales fueron de infarto. Croacia incluso tuvo un remate contra el poste y un gol anulado pero los de Modric no dieron con la tecla para llegar a encontrar ese tercer gol que les habría dado la victoria.
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