Bendito fichaje que, en menos de dos temporadas, ya ha demostrado que es uno de los nuestros. Un madridista más. Hará historia.
Cuando era un niño, mi abuelo me hablaba de Alfredo Di Stéfano. Me decía que era un jugador muy completo y que nunca había visto algo parecido a él. Todo esto, mientras me lo comparaba con Zidane, que era uno de los ídolos de mi infancia.
El francés me enamoró, como no podía ser de otra manera. Verle jugar cada fin de semana era un auténtico regalo. Definía a la perfección la elegancia con el balón en los pies. “Juega bailando”, me decía mi padre cada vez que nos sentábamos delante de la televisión para ver a nuestro Madrid.
La pena que me quedaba es que el galo llegó algo tarde al conjunto blanco. Personalmente, apenas lo pude disfrutar y es una espina que tenía ‘clavada’ hasta el año pasado. Concretamente, hasta que Jude Bellingham se puso la elástica madridista.
El inglés me tiene ganado por completo. Esta campaña la empezó con ciertas dudas, pero poner en cuestión a este futbolista es algo que jamás hay que hacer. Es un líder, que es capaz de ‘echarse’ el equipo a sus espaldas en los momentos de máxima necesidad. Todo esto con solo 21 años. Alucinante.
Su edad es lo mejor que tiene. Dispone de toda una proyección por delante y lo vamos a disfrutar en el Real Madrid. Él, por su parte, está encantadísimo de jugar en el mejor club del mundo.
Ya lo ha dicho en varias entrevistas y por esto somos unos afortunados. Al fin y al cabo, estamos hablando de un futbolista de época. No exagero.
Será barato
Desde el primer tramo de la campaña pasada, un servidor tenía claro que los 100 millones de euros que se pagaron por él no son nada. En el Borussia Dortmund se estarán tirando de los pelos por haber vendido con tanta rapidez a este futbolista. No es para menos, la verdad.
Marca, asiste, dirige el juego, ordena a sus compañeros… Es un jugador total. Ese futbolista que si lo ves en otro equipo piensas: “Ojalá tenerlo en el mío”. De verdad, creo que hay ciertos sectores del madridismo que no llegan a ser conscientes de la grandeza que desprende el bueno de Jude.
Algo que me pasa es que cada vez que lo veo sobre el terreno de juego se me viene a la mente todo lo que me decía mi querido abuelo acerca de La Saeta Rubia. Además, noto que a este sí que lo veré durante mucho tiempo en Chamartín.
El termómetro del equipo
A Bellingham se le puede considerar, en cierto sentido, el termómetro del equipo. Resalto una frase que se la leí a Rodra, periodista de Relevo y colaborador de esta casa, que decía que si Bellingham está bien, el Real Madrid juega bien. No le falta más razón.
Por este motivo, lo considero un futbolista fundamental e indispensable para el futuro de la entidad. Ancelotti le necesita para que su Madrid llegue al corazón de los aficionados y se pueda conseguir el objetivo de cada temporada: visitar a la Diosa Cibeles al final de temporada.
Entendió el Real Madrid
Si hay alguno que me está leyendo y no ha visto jugar a este jugador, podrá pensar que estamos hablando de un futbolista con clase y que desprende una calidad diferencial, que llega a ser especial. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
El ‘5’ madridista no es solo eso. Es diferente. No es como los demás futbolistas talentosos que han pasado por la casa blanca. Este no nos gana por su fútbol, sino que lo hace, además, porque entendió el Real Madrid desde que pisó la capital de España por primera vez y fue presentado en Valdebebas. Qué pena las obras del Santiago Bernabéu, ya que este chico merecía una bienvenida galáctica, es decir, a su altura.
Su sacrificio en defensa demuestra la gran actitud que tiene. Además, es un compañero ejemplar, dado que es el primero que involucra a los canteranos y genera buen ambiente en el vestuario. Sinceramente, es un ser de luz, más propio del fútbol de antaño que de este moderno en el que los jugadores están metidos en una ‘burbuja’.
Celebraremos muchos años con él
Sería pecado capital por mi parte no mencionar su famosa celebración en los goles, esa que ha calado en el Santiago Bernabéu desde la primera vez que lo hizo. El Bernabéu ya entona encantado el Hey, Jude y es que se ha convertido en una melodía habitual en el feudo de La Castellana.
Poco a poco, se empiezan a ver más camisetas de Bellingham por la calle. Su actitud hace que llegue a los niños con mucha facilidad. Y a los no tan niños también. Todo por la grandísima profesionalidad que desprende, llegando al punto de parecer que lleva en la entidad muchísimos años.
Esto, realmente, me parece la clave de todo. Comprende muy bien lo que supone defender la elástica merengue y, una vez conseguido esto, es mucho más fácil triunfar en el mejor club del mundo.
Tan solo nos queda seguir disfrutando. Este, queridos lectores, no ha llegado tarde, como pudo ocurrir con Zidane, aunque el francés terminase haciendo historia. Jude solo tiene 21 años y tiene toda la carrera por delante. Incluso, mejorará como jugador con el paso de los años. No tengo ninguna duda. Bendito fichaje que, en menos de dos temporadas, ya ha demostrado que es uno de los nuestros. Un madridista más. Hará historia.