Ni Thibaut Courtois pudo evitar el destino de los suyos Anfield. El marcador acabaría reflejando la crónica de una muerte anunciada. Se vio a un Real Madrid irreconocible, desordenado, y al que le costó un mundo generar una sola ocasión de gol.
Arne Slot, técnico red, salvó el primer matchball el fin de semana pasado contra el Aston Villa y el papel de no favorito le benefició también en la Champions. Ahora da la sensación de que puede incluso asaltar Manchester en la próxima jornada ante el City de Guardiola. Sale reforzado y con una inyección de moral cuando más lo necesitaba.
Así es el fútbol. Hace 7 días el Real Madrid parecía la quinta esencia por ganar al Barça en El Clásico (13 triunfos en 14 partidos) y el Liverpool un coloso adormilado. A estas horas, algunos discuten la capacidad de Xabi Alonso para gestionar los partidos importantes. Injustamente le evalúan por el 4-0 en pretemporada del PSG (semifinales del Mundial). Cita en la que apenas tuvo tiempo de trabajar con su nueva plantilla. La factura del derbi (5-2) si es a pleno derecho y ahora, la del Liverpool, también.
Quién no viese el partido, pero sí el resultado, pensaría que fue un duelo igualado. Pero nada que ver. El 1-0 es lo mejor que se llevó el Real Madrid. Courtois levantó un muro invisible con media decena de paradas salvadoras. De las que van directas al cajón de ‘highlights’ de su carrera junto a la final de París contra el mismo rival. El belga se multiplicaba. Sacaba brazos como un pulpo y desesperó al Liverpool hasta que Mac Allister, de 1,75m, ganó por arriba a Huijsen (1,96m) y Militao (1,86m) en un balón parado.
En una acción de este tipo, que tampoco está siendo el fuerte del Real Madrid en el área rival, llegó el merecido gol del Liverpool. Precisamente así los blancos fueron eliminados en la pasada edición de la Champions. No es ningún secreto que el Arsenal de Arteta, ahora líder de la Premier, es todo un especialista. Y al ‘Pool’ tampoco le fue mal.
Courtois, de 10
La cuestión es que Thibaut evitó una goleada. El Real Madrid hizo apenas un tiro entre los tres palos -fue en la primer parte- y corrió casi 4 kilómetros menos. Ganó en posesión, pero fue estéril, ya que eran incapaces de penetrar la línea defensiva y sortear las líneas de presión. De esos días en los que te levantas con el pie cambiado. Pero la Champions no perdona. No hay tiempo para treguas.
Xabi repitió la misma alineación que en El Clásico. La lesión de Mastantuono descartó cualquier posibilidad de sorpresa. Y su reemplazo, Camavinga, estuvo francamente desacertado. Como Huijsen, también señalado por su actuación en Anfield. No es justo individualizar, ya que tampoco mostraron una buena versión Vinicius, Mbappé, Güler, Valverde… Lo ideal sería reconocer que el único aprobado -y con sobresaliente- fue Courtois.
Quien tampoco guardará buen recuerdo de Anfield es Alexander-Arnold. Indigna que se pite a un jugador que pasó allí 20 años. Como cualquier ser humano, se merece evolucionar en la vida. Demandaba un nuevo reto profesional, en el club más laureado de la historia, y en cualquier otro sector -no tan pasional como el fútbol- se entendería. Pero el chico se llevó una dura reprimenda de la que fue su casa.
Toca reflexionar. Xabi ha mejorado gran cantidad de aspectos que se demandaban a Ancelotti el año pasado, pero aún no ha dado con la tecla del buen juego. Necesita tiempo para implementar sus ideas, que son las correctas. De hecho, la confianza del club en el tolosarra es ciega: "Queda mucho", explican fuentes de la entidad a Defensa Central. Habrá dudas, críticas y ruido, pero también una certeza: el Madrid siempre vuelve. Lo ha hecho mil veces. Lo hará, por supuesto, una vez más.