El Real Madrid perdió la final de la Copa del Rey por tres goles a dos. El papel que hizo el conjunto blanco en La Cartuja ha sido bastante bueno, pero errores individuales terminaron por decantar la balanza a favor del Barça.
Otro aspecto que no pasó desapercibido fue el cambio de Carlo Ancelotti. El técnico italiano se vio obligado a cambiar a Antonio Rüdiger. El alemán estaba completamente tocado y el técnico de Reggiolo decidió poner a Endrick en su lugar. Esto hizo que Tchouaméni pasase a jugar en el eje de la zaga.
Hay muchos madridistas asegurando que con un central natural el último gol de Koundé no se hubiera producido. Sin embargo, el único defensor que estaba disponible era Jesús Vallejo y la realidad es que el aragonés ha estado completamente desaparecido durante la campaña. Solo ha jugado un encuentro, que fue ante la SD Alavés en liga.
Es comprensible que desde el cuerpo técnico decidieran poner a Tchouaméni en tal demarcación. El galo, a pesar de que es centrocampista, ya ha jugado ahí muchos partidos.
Desde los altos cargos del club entienden la decisión del míster y hay quien piensa que es necesario reforzar esa posición con un jugado generacional. El año pasado la apuesta, que salió fallida, era Leny Yoro y en esta ocasión puede ser Dean Huijsen.
Tiempo para la autocrítica
Bien es cierto que todavía quedan cinco jornadas de liga y el Mundial de Clubes. De hecho, en Valdebebas creen que todavía tienen opciones para ganar el campeonato doméstico, pero aún asía ya se hace autocrítica.
La confección de la plantilla deberá de ser buena para que este equipo vuelva a llegar a lo más alto. Hay cimientos y una base interesante, pero se deben de reforzar otros puestos a tener en cuenta.
Habrá que ver lo que termina sucediendo en lo que queda de campaña, aunque independientemente de esto se prevé que haya un período de traspasos intenso en clave madridista. Tanto en el capítulo de altas como el de bajas van a producirse noticias que pueden ser de impacto de cara al futuro.