Según informó El Transistor de Onda Cero, el club ha colgado a todos los futbolistas el cartel de transferibles y el club está dispuesto a vender si llegan las ofertas adecuadas.
Lo que pretende el club es mandar el mensaje de que nadie es intocable en este proceso de remodelación de plantilla y que los jugadores que permanezcan es porque se lo merecen y quieren quedarse.
El Real Madrid tiene un saldo de caja de 172 millones de euros y estos irán invertidos en el fichaje de Kylian Mbappé. Pero todo lo que el club ingrese de nuevo, irá para reforzar las filas que se debiliten.
La siguiente salida puede ser la de Martin Odegaard que no se encuentra adaptado en el Real Madrid y la presión le ha llevado a plantearse regresar al Arsenal, pero esta vez podría ser en forma de traspaso.
Veremos en que deriva el mercado de verano que se predice largo pero que puede ser determinante para ver un Real Madrid renovado, con muchas ausencias y algunas caras nuevas.
De momento, el club ya afronta la próxima temporada con la línea defensiva renovada tras la salida de Sergio Ramos y Varane, los centrales titulares de los últimos 10 años y se dará paso a la pareja Militao-Alaba.
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