Franco Mastantuono, al Real Madrid. La joya del fútbol argentino ha dado un volantazo en su carrera y, cuando parecía cerrado su fichaje por el PSG, Juni Calafat entró en escena. Artífice de incorporaciones como las de Vinicius, Rodrygo, Endrick o Valverde, el jefe de Scout y fútbol internacional del club blanco se subió en un avión con destino Buenos Aires para conseguir la firma del futbolista nacido en el 2005.
River Plate informó al Madrid de que el jugador estaba muy cerca de marcharse a París con Luis Enrique. Fue en ese momento cuando Florentino y sus hombres de confianza decidieron lanzarse con todo por Mastantuono. Si bien hace unos meses tiraron la toalla por las altas exigencias de sus agentes, la situación se ha reconducido por el expreso deseo del chico de vestir de blanco.
Siempre ha dado prioridad al Real Madrid. El fichaje por el PSG iba a darse porque en la T4 del Bernabéu lo habían aparcado. Sin embargo, tras varias reuniones en Valdebebas, Xabi Alonso, Solari y Calafat llegaron a la conclusión de que un talento generacional de este calibre no se podía dejar escapar.
Fue entonces cuando se reactivó la operación relámpago. Calafat se plantó en Argentina y el acuerdo con el jugador, en términos personales, no tardó en llegar. Lo más difícil ha sido negociar con River cómo pagar los 45 millones de la cláusula, que finalmente se abonarán en 3 o 4 plazos. En cualquier caso, la relación entre ambos clubes es excelente, y se habló siempre en buenos términos.
Inminente
El anuncio oficial llegará en los próximos días. Mastantuono firma hasta 2031 y los últimos flecos que se están cerrando tienen que ver con la fecha de llegada del futbolista a la capital española. River desea que juegue, tanto el Mundial, como la Libertadores, que finaliza el 29 de noviembre. Y a Xabi le encantaría contar con él, si no es para el Mundial, para inmediatamente después. Todo apunta a que así será.
Lo que está claro es que el compromiso de las tres partes es total y ya nada echará por tierra el fichaje exprés de Mastantuono. El Real Madrid incorpora así al niño maravilla de Argentina, por el que suspiraba media Europa, y que no se lo pensó dos veces cuando Calafat llamó de nuevo a su puerta. Su determinación ha sido clave, rechazando los petrodólares de Qatar, para vestir la camiseta del mejor club del mundo.