El Bernabéu recibió con ganas a Lamine Yamal. La afición del conjunto blanco le tenía muchas ganas a la estrella del conjunto azulgrana y se lo demostró antes de empezar el choque.
No es para menos. Sus palabras antes de iniciar el encuentro pecaron de soberbia y, además faltaron el respeto a la institución. El vestuario que dirige Xabi Alonso no dejó escapar esas palabras, que, evidentemente, están fuera de lugar.
No se puede consentir que un jugador afirme sin problema alguno que el Real Madrid ‘roba’, refiriéndose así a las ayudas arbitrales. Además, también aseguró que es probable que el choque de esta tarde termine con un 0-4 en el marcador. Sin lugar a duda, es una auténtica provocación, al igual que la storie que subió anoche en Instagram. En ella se le veía celebrando su gol en el Bernabéu delante de la hinchada merengue.
🚨 Pitada a Lamine Yamal en el Bernabéu. pic.twitter.com/xjLLI7etss
— Defensacentral.com (@defcentral) October 26, 2025
Por esta razón, el madridismo ha estallado y no ha dudado en silbarle desde que sonó su nombre en la megafonía del Bernabéu. Evidentemente, parece que esto es lo que quería.
Habrá que ver la manera en la que transcurre el choque. Lamine tendrá muchos focos señalándoles. Es lo que se ha buscado en un día tan señalado. Él lo ha querido así.
Dentro de la Casa Blanca confían plenamente en que Álvaro Carreras esté a la altura, tal y como ya hizo cuando era futbolista del Benfica y le tocó defenderlo.
Llegó al vestuario
En el seno de la institución madridista no ha gustado en absoluto estas declaraciones. Estiman que están fuera de lugar y que son injustificables, aunque tampoco quieren darle mayor importancia. Consideran que peca de inmadurez y que la mejor respuesta hay que dársela en el terreno de juego.
Sin embargo, los propios jugadores sí que tienen en cuenta estos comentarios y han estallado. Al fin y al cabo, ha intentado atacar la dignididad del club de una manera difícilmente injustificable. Por este motivo, el caldo de cultivo con él es el que es y siempre que toca el balón se lleva una sonora pitada. El madridismo está harto. Lógico y normal.