El Real Madrid se llevó la victoria de Barcelona por 1-2 gracias al doblete de Bellingham.
Carlo Ancelotti no pudo sorprender a nadie con su alineación para este Clásico. El italiano tenía muy claras 10 de sus 11 piezas y la única duda, pequeña, era saber quién jugaría en el lateral zurdo. Finalmente, el italiano eligió a Mendy, dejando sin hueco a un Camavinga que se quedó de inicio en el banquillo. El resto, los esperados.
Primer fallo... y gol en contra
Si hay un pecado que el Madrid ha venido cometiendo a lo largo de lo que llevamos de temporada es el de encajar goles tempraneros que le hacen empezar los partidos a remolque. En el Clásico no hubo excepción. En esta ocasión, además, con el hándicap de mostrar una fragilidad defensiva impropia de un partido de estas características. Fue una acción que no aparentaba un peligro extremo y que, sin embargo, tras un primer roce de Tchouameni y un mal despeje de Alaba, le costó muy caro al cuadro de Ancelotti. Gundogan, que apareció por sorpresa, se quedó delante de Kepa y marcó el 1-0.
Empezar perdiendo un partido de este tipo, tan pronto, no estaba en el guión de un Ancelotti que, además, tardó poco en cambiar el plan. Quitó a Vincius de la delantera, le mandó a la izquierda, centró a Rodrygo y le dejó toda la banda derecha a Valverde y, especialmente, a Carvajal.
Mala primera parte del Madrid
El Madrid no se encontraba especialmente cómodo en el partido. No ya por el gol, que también, sino porque mostraba sensaciones de quedarse entre dos aguas. Ni presionaba arriba de forma continua ni cerraba espacios. Tampoco atacaba con continuidad, todo muy embarullado, sin dar una verdadera sensación de peligro sobre el marco rival. Una primera parte muy floja del Madrid.
El Madrid solo podía mejorar tras lo visto en los primeros 45 minutos y lo cierto es que al menos se vieron más ganas en lo ofensivo del equipo. De hecho, Rodrygo tuvo un golpeo lateral a los dos minutos y, poco más tarde, Kroos realizaba el primer tiro entre palos de los blancos en el partido.
Bellingham, aparición estelar en el 1-1
Los minutos empezaban a caer y la mala noticia para el Madrid era que apenas pasaban cosas en el partido. De hecho, el Barcelona comenzó a perder tiempo en cada saque, a dilatar cada pelota parada para que el tiempo corriera y siguiera todo igual. El equipo de Ancelotti seguía sin encontrar el ritmo, sin verlo claro. Sin embargo, la aparición estelar de Bellingham, el mejor jugador del momento, le dio una vida extra al equipo blanco. El inglés, que tras estar con molestias tras el partido de Portugal no dio la sensación de estar totalmente recuperado, se sacó de la manga un zapatazo descomunal desde fuera del área para superar la estirada de Ter Stegen y poner el 1-1. Jude dejó su tarjeta de visita en el primer Clásico que disputaba.
Bellingham, gol ganador
El Madrid vivió dos fases bien distintas tras ese gol. La primera, de máxima energía, de intentar buscar el segundo, continuando con la presión al rival. No lo logró en ese momento. Luego hubo una seguda fase en la que bajó el ritmo, por el físico, y supo defenderse bien. Finalmente, cuando todo parecía que acabaría en empate, apareció Bellingham, el chico de oro, para hacer buena una pelota dentro del área y meterla entre las piernas de Ter Stegen y lograr el 1-2, el gol del triunfo del Madrid en un Clásico que fue poco vistoso pero que ya tiene a su Rey. El Duque de Bellingham ya ha dejado su firma.
Ficha técnica
Barcelona 1: Ter Stegen; Araújo, Christensen, Iñigo Martínez, Balde; Fermín López (Oriol 70’), Gavi, Gündogan, Cancelo (Yamal 76’); Ferrán Torres (Lewandowski 60’) y João Félix (Raphinha 76’)
Real Madrid 2: Kepa, Carvajal, Rudiger, Alaba, Mendy (Camavinga 51’), Valverde, Tchoaumeni, Kroos (Modric 62’), Bellingham, Rodrygo (Joselu 62’) y Vinicius (Lucas 95’)
Goles: 1-0 Gundogan (6’), 1-1 Bellingham (68’), 1-2 Bellingham (91’)
Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Fermín López, Ferrán, Carvajal
Estadio: Montjuic.