Si la UEFA terminara por intervenir en el caso Negreira y al Barcelona se le dejara sin jugar competiciones europeas durante uno o dos años, muchos jugadores optarían por irse del club por lo que supone a nivel de caché y contratos el no jugar la Champions. Si eso sucediera, según lo que cuentan algunos portales digitales, el Real Madrid se plantearía fichar a jugadores como Koundé y Pedri, que no son ni de la Masía ni tienen claras raíces culés, ya que Pedri intentó jugar en el Real Madrid.
De hecho, Pedri intentó pasar una prueba, pero el club blanco no le quiso cuando era un chaval. En el caso de Koundé, es un jugador que puede ser central y lateral, tampoco tiene un gran arraigo por el Barcelona y encima tiene a Mbappé, Tchouaméni o Camavinga en el Madrid. Otros como Lamine Yamal, por problemático, Raphinha, por edad, o Fermín, por comportamientos antideportivos, no entrarían en ese listado.
🚨 BREAKING: In 2018, when Negreira lost his position as referees' vice-president, Barcelona immediately stopped paying him.
— Madrid Zone (@theMadridZone) December 26, 2025
He then sent a letter to Barcelona president Bartomeu, saying: "All will be revealed. If no deal is reached, everything will come to light. I will do it… pic.twitter.com/FCpzIesoT5
Ninguno es posible
Según la información que tenemos en Defensa Central, ningún jugador del Fútbol Club Barcelona puede terminar en el Real Madrid, a pesar de que sufran una sanción importante. Casi todos tienen una situación contractual complicada y en la plantilla blaugrana hay bastante rencor hacia el club blanco. Es algo que se inculca desde que llegan, y que se ha alimentado todavía más con la presencia de Joan Laporta como presidente de la entidad.
Obviamente, en el fútbol nunca se puede decir nunca, porque se han visto cosas surrealista. Pero lo más normal del mundo es que esto no pase, y por eso el Real Madrid ni siquiera contempla opciones, sino que se fijan en futbolistas de otros equipos. Esos son más realistas y no generarían ningún conflicto para los jugadores, porque no es sencillo pasar al eterno rival, y menos en una situación delicada como puede ser una sanción deportiva o económica.