El Real Madrid ya juega en el Santiago Bernabéu frente a la Juventus el partido correspondiente la tercera jornada de la primera fase de la Champions League y, de momento, el ritmo de la máxima competición continental se nota desde el inicio del choque. Tan es así que Raúl Asencio ha tenido ya sus más y sus menos con Dusan Vlahovic, delantero de los italianos, cuando apenas se han llegado a los 10 minutos.
“Es la última que me das así…”, le dijo el central del Madrid a un Vlahovic tras una jugada que no le gustó nada y que entendió que no fue involuntaria sino todo lo contrario. El punta serbio ha ilustrado a la perfección el gran poderío ofensivo del equipo de Igor Tudor, que ha empezado con la iniciativa, pero rápidamente ha reculado ante la posesión de los locales, si bien es cierto que al contragolpe ya han dado algún susto.
El juego con balón del Madrid está siendo el esperado, con largas posesiones, pero el equipo está dejando huecos al atacar con un bloque muy adelantado, lo que provoca riesgos evidentes y la Juve, con mucha rapidez y verticalidad, ya ha disparado en dos ocasiones a la portería de Thiabut Courtois. Precisamente, Vlahovic se iba a plantar solo a los cuatro minutos frente al belga, pero una falta previa a Éder Militao invalidaba la jugada.
El intenso bloque bajo de la Juve está siendo un obstáculo importante para el Madrid, pero los merengues se han hecho con el mando del equipo después del cuarto de hora. Tanto Fede Valverde, lateral, como Brahim, por delante, están siendo importantes, aunque el equipo no ha buscado en exceso a Vinicius Junior, y se nota. Sin embargo, las variantes son diversas y el cuadro de Xabi ha recurrido ya a varios balones aéreos para intentar romper el marcador.
Paciencia, es la clave
Ante el inicio dubitativo del Madrid, que ha dejado espacios abiertos y la Juve ha podido adelantarse en el primer tramo del encuentro, el equipo se ha recuperado y parece haber aprendido la lección, aunque el rival, cierto es, también juega. El equipo ha tenido el control de la pelota, pero necesita tener paciencia ante un rival correoso, como ya ocurrió el domingo pasado frente el Getafe (0-1).
Conforme han ido pasando los minutos, el Madrid ha hundido a la Juve fruto de la verticalidad mostrada, con ocasiones directas de gol, pero, o bien se marcharon fuera, o intervino con acierto el cancerbero Michele Di Gregorio. Es un partidazo y, por ende, puede pasar de todo; la victoria será para el más perseverante.