Viajar es uno de los deseos de todo el mundo, pero puede convertirse en una mala experiencia si desconoces las normas del país que visitas. Uno de los ejemplos puede ser Reino Unido y su endurecimiento de los controles fronterizos desde abril. Destacando especialmente la regla que ha sorprendido especialmente a muchos turistas españoles: está prohibido entrar con productos cárnicos o lácteos procedentes de la Unión Europea.
La medida incluye alimentos tan comunes como un simple sándwich de jamón comprado en la estación. La multa por incumplir esta norma puede alcanzar las 5.000 libras, lo que equivale a unos 5.900 euros.

No importa si viajas en avión, tren o ferry. Las autoridades británicas revisan equipajes en todos los medios de transporte. Y si encuentran un bocadillo que contenga carne o queso, la sanción puede ser inmediata. La razón detrás de esta normativa es sanitaria. Londres busca evitar la propagación de enfermedades animales, como la fiebre aftosa, que puede transmitirse a través de ciertos alimentos.
Reglas insólitas que sorprenden al viajero
Esta restricción no es nueva en términos globales. Existen muchas otras normas inusuales en el mundo que pueden dejar al viajero perplejo.
En Italia, por ejemplo, está prohibido comer en lugares históricos como las escaleras de Venecia. La multa puede superar los 500 euros. También en Florencia se limita comer en la vía pública durante horas concurridas.
En Singapur, mascar chicle está vetado desde 1992, salvo si es por razones médicas. La medida busca mantener las calles limpias. En Grecia, los tacones altos están prohibidos en ruinas arqueológicas. Se considera que dañan el suelo. La isla de Capri prohíbe las famosas sandalias Crocs por el ruido que hacen al caminar.

Multas por acciones cotidianas
En España, aunque muchos lo desconocen, orinar en el mar puede suponer una sanción administrativa. En Cerdeña, llevarse una piedra de la playa como recuerdo puede costar hasta 2.800 euros. Incluso tomarse una foto puede ser motivo de multa. En Tailandia, posar frente a una estatua de Buda se considera irrespetuoso. En California, está prohibido sacarse selfis con osos.
Estas reglas, aunque parezcan exageradas, tienen su motivo: proteger el entorno, preservar la cultura local o evitar riesgos para la salud. Por eso, antes de hacer la maleta, conviene revisar las normas del destino. Porque lo que parece un gesto inocente, como llevar un bocadillo para el viaje, puede salir muy caro.