La actividad del Real Madrid en el mercado de pases no solo está regida por los futbolistas que pertenecen a otras escuadras de la élite europea. También por jugadores que se han formado en La Fábrica pero, por falta de espacio en el primer equipo, se han visto obligados a marcharse. Los últimos movimientos en ese sentido, ocurridos este verano, dibujan una tendencia muy llamativa.
La práctica totalidad de esos movimientos desde la Ciudad Deportiva de Valdebebas se realizan con la fórmula de traspaso: el jugador queda definitivamente integrado en su nueva disciplina competitiva. Pero los mandamases liderados por Florentino Pérez mantienen ciertas ventajas en esas negociaciones. La más llamativa es quedarse con el 50% de los derechos de pase de la joven promesa que se marcha, así como la inclusión de una cláusula de recompra de tres años de duración.
Cada mercado estival que pasa sin ejecutarse esa prerrogativa, aumenta su coste. Esas disposiciones fijadas por la cúpula blanca, una suerte de plantilla que se está aplicando sin excepción en los últimos 'éxodos' de talento vividos en las instancias formativas merengues, han contribuido a crear un plan que marca un tiempo límite para el regreso de esos futbolistas.
Contrarreloj
Los tres años posteriores al traspaso del jugador, delimitados por la cláusula de recompra fijada en el nuevo contrato, es el tiempo de espera que el Real Madrid ha colocado para decidir sobre el regreso del futbolista a la capital de España. En caso de que cumpla con las expectativas fijadas previamente u ofrezca un rendimiento excepcional, los mandamases blancos ejecutarán dicha cláusula e integrarán al jugador en el proyecto deportivo del primer equipo.
Si los traspasados no cumplen con esos objetivos fijados desde las oficinas de Valdebebas, el Real Madrid simplemente dejará que la cláusula de rescisión expire... habida cuenta de la falta de interés en arrogarse nuevamente su ficha. Este método se está aplicando desde ya con los jugadores que se han marchado hace semanas, como Víctor Muñoz, Jacobo Ramón o Chema Andrés. También incluye a futbolistas como Nico Paz, que ya ha consumido una de esas tres temporadas de margen.

Dos caminos
La regla de los tres años fijada por la dirección deportiva merengue explicaría la renuencia del club capitalino español a hacerse con los servicios de Miguel Gutiérrez... a pesar de la puntual carestía de efectivos que afectó al lateral izquierdo durante las dos últimas temporadas. El último vínculo con los futbolistas que no regresan al Real Madrid es la retención del 50% de los derechos de pase, montante que se liberaría con su nuevo traspaso.
Ese porcentaje queda como una garantía de beneficio para los ejecutivos blancos: si no ha sido posible recuperarle para mejorar el vestuario del Santiago Bernabéu, su desarrollo en otros clubes tendrá un impacto positivo en la tesorería blanca. Quienes se han marchado del Real Madrid este verano saben que el tiempo ya ha empezado y solo su rendimiento podría definir si regresan o no para defender la elástica merengue.