La princesa Leonor comenzará en breves una etapa clave en su formación militar con su llegada a Murcia, donde se instalará en la Academia General del Aire y del Espacio. Después de su paso por Zaragoza, donde se preparó en la Academia de Tierra, y por Marín, en la Escuela Naval Militar, la heredera al trono completa así el recorrido previsto en los tres ejércitos.
Para la princesa Leonor se trata del último capítulo de un proceso diseñado para dotarla de la experiencia necesaria como futura jefa suprema de las Fuerzas Armadas, un papel que le corresponderá asumir cuando llegue al trono.

En Zaragoza conoció de primera mano la disciplina del Ejército de Tierra, participando en maniobras y adaptándose a un entorno exigente. Más tarde, en Marín, su vida dio un giro aún más mediático. Allí, Leonor no solo se integró en la rutina naval, sino que también embarcó en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, donde convivió con sus compañeros durante semanas.
LA PRINCESA LEONOR PONDRÁ RUMBO A MURCIA
Ahora, en Murcia, la princesa afronta un desafío diferente. El ámbito aéreo le exige adaptarse a un nuevo ritmo, con formación en navegación, seguridad, liderazgo y, sobre todo, un contacto más directo con el mundo de la aviación militar.
Como alférez alumna, convivirá con otros cadetes en un ambiente que, aunque estricto, busca potenciar tanto sus habilidades personales como sus capacidades de mando. El día a día de la princesa Leonor estará marcado por la disciplina, los estudios y las prácticas, en una etapa en la que la exigencia se intensifica.

Más allá de lo académico y militar, esta experiencia también tiene un componente simbólico. La princesa Leonor está siguiendo una senda que sus padres, los reyes Felipe y Letizia, han querido que cumpla de forma íntegra, reforzando su perfil institucional y acercándola a una realidad muy distinta de la que tenía como estudiante en Gales, donde cursó el Bachillerato Internacional.
La convivencia con otros cadetes y la exigencia de la vida castrense no solo le aportan preparación, sino también un contacto directo con valores como la disciplina, el compañerismo y el sacrificio. La princesa Leonor encara con ilusión su último año de formación. Un curso en el que tendrá que trabajar mucho.