El Real Madrid ‘vigila’ concienzudamente a todos los futbolistas de la plantilla entrenada por Carlo Ancelotti que están disputando la Eurocopa. Los informes sobre su rendimiento llegan a las oficinas de Valdebebas, donde han saltado las alarmas acerca de Antonio Rüdiger. El central alemán ha sido un futbolista clave durante la temporada 23/24, supliendo con creces a los lesionados David Alaba y Éder Militão.
A pesar de que había terminado la presente campaña con una forma física envidiable, la Eurocopa parece haber sido el punto de fricción que ha resaltado ciertas molestias físicas. Julian Nagelsmann, durante la semana pasada, señaló que la continuidad de Rüdiger para el último partido de la fase de grupos de la Eurocopa estaba en el aire.
Las pruebas al central alemán arrojaron como resultado una pequeña distensión, veredicto que hizo respirar aliviados a los ejecutivos blancos. Sin embargo, Rüdiger continúa fuera de la disciplina deportiva teutona… y su aparición en los octavos de final contra Dinamarca parece alejarse cada vez más rápido. El objetivo de la Mannschaft está muy claro.
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Los servicios médicos del combinado germano desean que Rüdiger esté disponible para entrenar a partir del jueves 27 de junio, por lo que deberán realizar una cuidada preparación física para evitar que esa distensión sufrida por el central madridista se agrave… y le descarte definitivamente de la Eurocopa e incluso de los primeros partidos de la temporada oficial con el Real Madrid.
La cautela en torno al futuro de Rüdiger con Alemania es máxima. En las oficinas de Valdebebas contienen la respiración a pesar de que están adecuadamente informados de cada paso que dan los preparadores dirigidos por Julian Nagelsmann. Aun así, con Alaba todavía lesionado y un Militão recuperando sensaciones en la Copa América, Rüdiger se hace más imprescindible que nunca.
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