La intrahistoria de la Decimoquinta: un camino que ya es historia del Real Madrid

El Real Madrid tiene quince Copas de Europa desde el pasado uno de junio.


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Prácticamente, hacen tres semanas de la última conquista del conjunto blanco. Una vez más, los pupilos de Carlo Ancelotti demostraron que son los mejores a nivel continental tras vencer por dos goles a cero al Borussia Dortmund. Sin embargo, el camino no fue del todo sencillo.

Realmente no está a la altura de lo que se vivió en la Decimocuarta, que fue hace tan solo dos años. Sí, esto es lo que tiene el cuadro merengue que no se cansa de levantar ‘orejonas’. De hecho, lleva seis veces haciéndolo en los últimos diez años. 

Una absoluta locura que no está al alcance de ningún equipo. Bueno, miento, solo el Real Madrid puede hacerlo, tal y como demostró desde el año 1956 hasta el 1966. El registro fue exactamente el mismo.

La que se conquistó en París con aquel gol de Vinicius y las paradas memorables de Courtois fue mágica por todo el recorrido. Sin embargo, queridos lectores, esta última tampoco se queda atrás y es que tiene momentos que ya son historia de la entidad


Ese golazo de Brahim frente al Leipzig, la tanda de penaltis en el Etihad y el doblete de Joselu ya estarán para siempre en la retina de todos los madridistas. Sin lugar a duda y le pese a quien le pese, los de Ancelotti se proclamaron campeones de Europa con total justicia, es decir, en buena lid.

Fase de grupos impecable

Bien es cierto que la andadura en la Champions empezó con dudas. El Madrid venció al Sporting de Braga en el último minuto gracias a un gol de Bellingham. A pesar de los tres puntos, el respetable que se dio cita en Chamartín no salió contento aquella tarde. No obstante, nadie era consciente de lo que se avecinaba.

La primera fase fue inmejorable en cuanto a resultados. Las seis victorias así lo demuestran. No se perdió ni se empató ningún encuentro y el club blanco ya ponía su candidatura para el título tal y como suele hacer en todas las ediciones de la Liga de Campeones.

Fede Valverde realizó uno de los mejores goles de la temporada frente al Napoli. Jude Bellingham ya demostraba lo que iba a ser e incluso Nico Paz se animaba a marcar. Corrían buenos tiempos en la casa blanca. 

 

 

El RB Leipzig: primera víctima

Una vez acabaron los grupos empezó la verdadera Champions para muchos, o sea, esas rondas finales en las que la emoción está por todo lo alto. El rival del Madrid en los octavos de final fue el RB Leipzig

Tal vez fue el peor nivel de juego del rey de Europa. Ganó, tal vez injustamente, en Alemania gracias a una genialidad de Brahim Díaz. La imagen no mejoró en el partido de vuelta y el conjunto blanco no fue capaz de ganar a los teutones. 1-1, pidiendo la hora, pero con el billete a cuartos en el bolsillo. ¿Lo demás? Secundario.

 

 

La derrota del todo poderoso Manchester City

Evidentemente, el enfrentamiento que marcó un antes y un después fue el de cuartos contra el Manchester City. El equipo de Pep Guardiola era el vigente campeón de Europa y era el gran favorito en esta edición de la Champions League.

La eliminatoria no pudo empezar peor. En un Santiago Bernabéu abarrotado, el City se adelantaba en el minuto uno gracias a un gol de Bernardo Silva. Para más inri, Tchouaméni vio la tarjeta amarilla, que conllevaba suspensión. El francés se perdió la vuelta.

Pese a todos estos inconvenientes, el Madrid, alentado por su hinchada, consiguió reponerse del palo inicial gracias a un tanto de Camavinga y otro de Rodrygo. En un abrir y cerrar de ojos, concretamente en tres minutos, los locales ya mandaban en el marcador. 

El equipo de Guardiola estaba contra las cuerdas y tanto Vinicius como Bellingham tuvieron oportunidades para poner el 3-1 en el electrónico. Sin embargo, no se estuvo acertado de cara a puerta y esto en Europa se paga

Phil Foden y Gvardiol volvieron a poner por delante a los suyos con dos auténticos golazos. Afortunadamente, cuando todo parecía listo para sentencia, Fede Valverde hizo el 3-3 con un zapatazo para la posteridad. La eliminatoria llegaba igualada al Etihad.

El choque de vuelta lo recuerdo como un sufrimiento continuo. Nunca lo había pasado tan mal viendo un partido de fútbol. Era un ataque – defensa constante. A pesar de que el conjunto blanco se adelantase en el luminoso, el City sometió a los nuestros y empató en el tramo final del encuentro. Ahí vi la eliminación, no os voy a engañar.

Pero el Madrid es el Madrid y esto no es una frase hecha. El conjunto blanco resistió como nunca había hecho y aguantó todas las investidas del equipo inglés. Los minutos no pasaban, parecía que el encuentro jamás iba a acabar, pero el ejercicio de supervivencia que hicieron los blancos obtuvo la recompensa desde la tanda de penaltis. Falló Modric, Lunin atajó dos penaltis y Rüdiger marcó un gol que ya es historia. Otra vez, en semifinales.

 

 

Joselu hizo historia y liquidó al Bayern

En la siguiente ronda esperaba el Bayern de Múnich, un viejo conocido. Era el clásico europeo y, una vez más, venció el Real Madrid. Eso sí, costó más de lo que muchos esperaban.

El choque de ida finalizó 2-2, siendo este un resultado justo. Ambos equipos dominaron por momentos. En cambio, la vuelta fue apoteósica. El poder del Santiago Bernabéu salió a escena y llevó en volandas a los suyos para conseguir el billete a Wembley. 

Tras un buen partido de los blancos, Davies puso el 0-1 con un golazo que parecía suponer la eliminación del Rey de Europa. El plantel de Tuchel estaba dándole al Madrid su propia medicina. Al fin y al cabo, los bávaros tienen mucha historia detrás. 

Afortunadamente, no se había dicho la última palabra. El manicomio de Chamartín volvió a escena y pasaron cosas alucinantes. Never, que estaba haciendo un gran partido, falla y Joselu hizo el empate. Tan solo tres minutos después, el ‘14’ merengue volvió a mandar el balón al fondo de las mallas tras un gran centro de Rüdiger. Simplemente, historia, éxtasis, locura… Puritito Real Madrid

 

 

El último paso para la gloria

Este glorioso camino finalizó el pasado uno de junio en esa gran final de Champions. Enfrente estaba el Borussia Dortmund, un equipo con el que nadie contaba, pero que en Valdebebas respetaban al máximo. De hecho, fueron superiores durante la primera parte.

Pese a ello, no consiguieron transformar en gol sus oportunidades y el Real Madrid no perdonó en el segundo acto. Carvajal con un cabezazo para la eternidad y Vinicius, que definió a la altura de lo que es, el mejor del mundo, sentenciaron el choque. De este modo, el madridismo celebraba una nueva conquista de su equipo. La Decimoquinta.

 

 

Sinceramente me he emocionado redactando este reportaje. En el camino a la Decimoquinta, como en cualquier otro, hay un cúmulo de sensaciones y situaciones que ya forman parte de la historia del Real Madrid. Eso sí, ya hay que pensar en la Decimosexta. El legado continuará.