Ibrahima Konaté es un futbolista que gusta mucho en el Real Madrid. El central francés lleva tiempo en la agenda del conjunto blanco y en Valdebebas no le quitan ojo a su situación contractual con el Liverpool. Su vinculación a los reds finaliza en 2026 y podría recalar como agente libre a partir del próximo año. La operación sería idéntica a la que ya se llevó a cabo con Trent Alexander-Arnold.
No obstante, según apuntan en diversos medios de información, el Barça habría puesto el foco en este zaguero. El cuadro blaugrana estaría intentando entorpecer este movimiento de mercado de su eterno rival e intentaría su fichaje en tan solo unos meses.

Defensa Central ha podido corroborar que en la casa blanca están tranquilos y no van a mover ficha, es decir, seguirán la estrategia actual. Voces autorizadas hacen énfasis en que todo depende del jugador y que es él quien debe demostrar su voluntad de recalar en el Bernabéu.
Tiene 26 años, de modo que dispone de carrera por delante y cumple con el perfil para seguir con la transición en la línea defensiva del equipo que actualmente dirige Xabi Alonso. El objetivo para el presente mercado era reforzar y rejuvenecer la zaga. Prueba de ello son las llegadas de Dean Huijsen, Álvaro Carreras y Trent Alexander-Arnold.
El trabajo no está completado
La dirección deportiva considera que todavía le queda camino por recorrer en este aspecto. Nadie olvida que David Alaba y Antonio Rüdiger superan la barrera de los 30 y que el rendimiento de Eder Militao es una incógnita después de sus dos duras lesiones de rodilla. Por esta razón, hay quien piensa que todavía es posible que falte alguna que otra cara nueva en esta demarcación.

Salvo sorpresa, la plantilla quedará tal y como está, de manera que habrá que esperar al 2026 para la llegada de Konaté o de cualquier otro defensor. Lo importante es que desde la planta noble de Chamartín no se han inquietado por ese presunto interés del Barça en el futbolista. Estiman que tal vez es posible que se trate de un farol para inquietar o intentar poner nervioso a Florentino Pérez. En caso de que así sea, la realidad es que no lo han conseguido.