La final de la Eurocopa entre España e Inglaterra no solo dejó emociones en el campo. En las gradas, un pequeño gesto se robó buena parte de la atención: el saludo entre la princesa Leonor y el príncipe Guillermo. El momento, sencillo pero simbólico, ha sido especialmente comentado en Alemania.
El medio Bunte, conocido por su cobertura de la realeza europea, le dedicó espacio a ese instante que, aunque breve, ha dado mucho de qué hablar. No fue un saludo cualquiera. Se notó la naturalidad, el respeto y una cercanía poco común entre representantes de casas reales que, hasta hace poco, rara vez coincidían en público.
Leonor, cada vez más protagonista
Leonor viajó a Suiza junto a su hermana, la infanta Sofía, para apoyar a la selección española. A pesar de que España cayó en los penaltis, la imagen de la heredera al trono salió más fortalecida que nunca. Los medios alemanes destacaron su forma de comportarse, su elegancia discreta y su sonrisa espontánea al coincidir con la familia real británica.

Según Bunte, “no hubo ni rastro de tensión ni competencia”. Más bien todo lo contrario: el saludo fue cordial, cálido, sin necesidad de palabras grandilocuentes. También llamaron la atención los colores elegidos por Leonor y la princesa Carlota —blanco y azul en ambos casos—, un detalle que muchos interpretaron como casualidad, pero que funcionó como un guiño de unidad visual.
Cercanía dentro y fuera del estadio
Otro detalle que no pasó desapercibido fue la disposición en la grada. Aunque cada uno animaba a su selección, británicos y españoles se sentaron bastante cerca. Esa cercanía física se interpretó como reflejo de una relación cordial entre ambas monarquías, más allá del contexto futbolístico.

Además, antes y después del partido, las casas reales compartieron mensajes en redes sociales que mostraban respeto mutuo y deportividad. Un gesto más que confirma que la relación entre ambas familias está en un buen momento.
Mientras el fútbol dejó emociones a flor de piel, Leonor se ganó titulares por motivos distintos. Su actitud, su presencia y su forma de estar han dejado huella. En Alemania, ya no solo se habla del partido: se habla de ella.