El Real Madrid de la última década ha dejado grandes futbolistas y, al mismo tiempo, incontables éxitos dentro del terreno de juego. Desde que se levantara la Décima en Lisboa, el Real Madrid ha ganado la mitad de las Champions League que ha disputado en todo ese tiempo. Uno de los grandes responsables de ese implacable ritmo ganador ha sido Carlos Henrique Casimiro.
El pivote verdeamarelo se encuentra ahora mismo en el Manchester United desde la temporada 22/23, cuando se selló su venta por unos 70 millones de euros poniendo fin a una etapa en la que formó el mejor centro del campo del mundo junto a Toni Kroos y Luka Modric. Pero antes de ser un titular indiscutible, Casemiro tuvo que demostrar que tenía el nivel necesario para ello.
Su cesión al Oporto convenció a la junta directiva del Real Madrid de que tenía futuro en el primer equipo, pero esa decisión significó la cancelación de un fichaje que se había previsto desde hacía tiempo: el de Arturo Vidal. El centrocampista chileno, entonces militando en el Juventus de Turín, estaba considerado como uno de los mejores pivotes del momento… y tenía muchos enteros para vestir de blanco.
Tan cerca pero tan lejos
El propio mediocentro sudamericano ha confirmado en su entrevista más reciente que “estuve cerca de unirme al Real Madrid” pero la llegada de Casemiro extinguió cualquier posibilidad. “Me quedé esperando el ‘sí’ de Florentino”, recuerda el exfutbolista del FC Barcelona y Bayern de Múnich. Fue así como Arturo Vidal no pudo recalar en el Santiago Bernabéu.
Después de quedarse a las puertas del equipo merengue, Vidal continuó su carrera en el Juventus de Turín pero pasó rápidamente al Bayern de Múnich. Fue allí donde más veces se cruzó con la entidad blanca en las eliminatorias de Champions League: nunca fue capaz de vencer a la escuadra blanca mientras compitió con la escuadra bávara.
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