Defensa Central ya lo avanzó hace semanas. Nuestro compañero Nano Antón explicó en mayo que la renovación de Vinicius con el Real Madrid se encontraba en punto muerto y el contencioso no parecía tener final feliz, al menos por el momento. Ni siquiera el Mundial de Clubes ha servido para que club y jugador hayan llegado a un acuerdo con el que extender el vínculo del ‘7’ con el Madrid, que actualmente expira en 2027 después de actualizarlo hace casi dos años.
Las negociaciones entre Vinicius y el Madrid se encuentran estancadas después de que el entorno del jugador haya elevado sus exigencias para firmar un nuevo contrato. Según ‘OkDiario’, Vini no solo estaría pidiendo tener la ficha más alta del vestuario sino que también habría reclamado una prima por el hecho de renovar. Y ni lo uno ni lo otro lo ve con buenos ojos Florentino Pérez, que no está dispuesto a romper la escala salarial que tiene actualmente el club.
Este giro en los acontecimientos habría provocado cierto enfado por la planta noble del Santiago Bernabéu, sobre todo después de que el club le trasladara al entorno de Vinicius que su renovación era cuestión de sentarse en una mesa y firmar un nuevo documento privado. Pero el círculo más próximo del jugador, donde se incluyen a Thassilo Soares, Frederico Pena y la empresa Roc Nation Sports, ha cambiado las cartas. Aunque la posición del extremo no sea la de hace un año.
Porque es evidente que, a pesar del interés de Arabia, el valor de Vinicius ha sufrido una bajada considerable, principalmente por una temporada que dista mucho de la del año pasado. No tanto en números (sólo ha marcado dos goles menos) sino por sensaciones y porque el equipo, al final, no ha cumplido con las expectativas. Y si el nivel se ha visto afectado no es única y exclusivamente por Vinicius, pero sí tiene gran parte de responsabilidad.

En estos momentos, el escenario con Vini, que está pasando unos días de vacaciones en su país, está totalmente abierto y el entorno del futbolista sopesa forzar una situación que se le puede volver en contra. Porque no descartan llegar a 2027 sin haber estampado una firma con el Madrid y, por tanto, irse en calidad de agente libre del equipo. Una situación que Florentino no permitiría bajo ningún concepto.
Vinicius no es el primero ni el último en jugar sus cartas y forzar al Madrid a una negociación suicida. Florentino Pérez ha tenido que lidiar en los últimos años con situaciones parecidas y algunos casos han quedado para los anales de la historia.
Özil, perjudicado por su padre
Mesut Özil dejó el Madrid en el verano de 2013 después de ser uno de los grandes fichajes de José Mourinho durante su etapa al frente del club. El turco, sin embargo, se dejó guiar por su padre y no fue la mejor decisión, como reconocería años después. Después de forzar la máquina, Florentino no accedió a las peticiones del progenitor del futbolista y el Madrid cerró su traspaso por 50 millones de euros al Arsenal.
Di María, de héroe a villano
Justo después de ganar la Décima Copa de Europa y marcar un gol en la final ante el Atlético (4-1), Ángel Di María presionó al Madrid para que le subieran el sueldo. Pero Florentino tampoco pasó por el aro y, con una oferta de unos 80 millones de euros por parte del Manchester United, se desentendió del asunto por la vía rápida.
Cristiano Ronaldo, más de lo mismo
Otro caso paradigmático en cuanto a las negociaciones tensas a la hora de renovar con el Madrid fue el de Cristiano Ronaldo, que después de la final de la Champions de 2018 en un momento de calentón dejó abierta una salida del club. Y Florentino no frenó al portugués en su intento de salir de la entidad. La Juventus pagó por el traspaso del delantero 100 ‘kilos’.
Ramos, el último
Sergio Ramos ha sido el último gran ejemplo de que es mejor no forzar la cuerda con Florentino. Después de que el jugador no respondiera a la oferta de renovación por un año en 2021, al dejarse querer en el mercado, cuando lo hizo las puertas se cerraron. El plazo había expirado, aunque el camero no se rindió y pidió renovar por dos temporadas, pero no hubo suerte.