Malos tiempos para la lírica… y para el Barcelona. Porque la canción mítica de Golpes Bajos -otro mensaje subliminal- resume a la perfección el estado de quiebra tan letal en el que se encuentra el Barcelona. El club presentó este martes el último ejercicio económico de la segunda etapa de Joan Laporta, que volvió a ser reelegido en 2021, y los números no fallan a la hora de examinar la solvencia del Barça. El goteo del pasivo no ha dejado de aumentar y las pérdidas ya se contabilizan en 231 millones de euros, a pesar de haber ingresado más de 900 en estos últimos años.
Pero ni las palancas financieras ni el apoyo directo o indirecto de los diferentes organismos encargados de hacer valer la ley y, por tanto, de que se cumplan las normas han hecho rebajar al Barça su deuda, que, en líneas totales, según señalaba Salvador Sostres en ‘Abc’, ya asciende a los 4.000 millones. Curiosamente, ése es el valor que tiene el Barça en el mercado, por lo que la gestión económica de Laporta está siendo, sin lugar a dudas, un auténtico desastre. Y ni siquiera la temporada pasada, que fue potable en términos deportivos, ha podido evitar el desastre.
#ABC Sostres: "Laporta ha perdido 231 millones de euros en 5 años pese a haber ingresado más de 900 con sus palancas"
— Fútbolgate.com (@futbolgate_ES) October 9, 2025
"El Barça tiene una deuda total de cerca de 4.000 millones, justo lo que la revista Forbes, en su última valoración, estimó que vale"https://t.co/NZZOcOkiYs pic.twitter.com/d1BtkngkbC
Precisamente, fue Laporta el que empezó a aumentar el endeudamiento del Barça en su primera etapa (2003-2010) y, desde entonces, la deriva no ha cesado. Sandro Rosell y Josep María Bartomeu no impidieron que los problemas de raíz financiero acabasen y la situación es absolutamente dramática. El Barça está en un estado de quiebra que le hace ser, a todos los efectos, una compañía totalmente inviable, sin liquidez y con numerosas obligaciones, tanto a corto como a largo plazo. Sin olvidar el pufo del nuevo Camp Nou, cuyos retrasos están encareciendo la obra de manera considerable.
El estado de los últimos resultados contables del Barça dibuja un escenario sombrío, pero, mientras tanto, se les permite -tanto desde la Liga como desde la UEFA- inscribir jugadores y realizar cuantiosos desembolsos en fichajes donde el dinero parece no ser un problema, cuando lo es y de primer orden. Sólo la aquiescencia de los órganos de poder hace que, aún hoy, los azulgranas estén compitiendo sin ningún tipo de obstáculo en España y en Europa, pero la realidad indica que en el nordeste están lejos de cumplir con las más elementales normativas respecto al gasto y utilización de activos.
El Barça y su gigantesca deuda
El Barça lidera la lista de clubes morosos en Europa. Entre el pasivo ordinario, que nace directamente de la gestión que se hace de la entidad y supera los 2.000 millones, y los 1.500 que debe a Goldman Sachs por la construcción del nuevo Campo Nou, la deuda se acerca a los 4.000 millones de euros. Una auténtica barbaridad sólo comparable en España a la que tuvo el Grupo Prisa en 2012, cuando la compañía responsable de ‘El País’, ‘As’ y la SER tenía un debe de más de 3.000 ‘kilos’.

En el ámbito futbolístico, ningún club llegó a tener jamás estos descuadres en sus cuentas, aunque el Xerez y el Extremadura se encuentran en la categoría de equipos desaparecidos por asuntos relacionados con el dinero. Los andaluces se salvaron de la quiebra, pero fueron descendidos por impagos, mientras que los extremeños llegaron a extinguirse para nacer de nuevo.